Hace un tiempo decidí adoptar el hábito de no hacer compras durante un año, aquí les cuento mi historia.
Conforme avanza la vida, nos vamos encontrando con distintos tipos de personas. Los que nacieron con el don de la decisión en las manos. Aquellos que la tuvieron clara desde el inicio y persiguieron sin titubear sus metas. Los que siguen sin recapacitar, y viven en círculos viciosos, pero de reojo miran al que intenta a ayudarlos, para ver si algún día les despiertan esas ganas extras para empezar a mejorar. También, estamos los que tenemos que experimentar algo para reaccionar: nuestra respuesta es radical, intensa y a la vena.
El efecto de las compras
Hace 4 años empecé mi primer presupuesto. Con la única intención de organizarme, porque eso si he sido siempre, un poco maniática de la agenda y la planificación. No tenía claro a donde me iba a llevar este pequeño cuadro de Excel, pero sí sabía que le había prometido a mi mamá que estudiaría todo lo que yo soñara, que saldría adelante con mis propios recursos para que ella después de la universidad no se preocupara más.
Entonces, hice lo que muchos hacemos, coloqué mis ingresos, mis gastos, presupuesté gastos variables, y cada mes lo que sobraba lo ahorraba. De hecho me fue muy bien ahorrando. Pero así como ahorré, también saqué mi primera tarjeta de crédito. Y así como ahorré, también compré y compré. Llegaba a casa feliz con un par de zapatos, alguna prenda, una cartera, etc. Inocente yo, dándome felicidad porque… “para eso trabajo” ¿no?
A fines del 2016 me topé con la triste realidad de que tenía que usar mis ahorros de ese año para pagar mi tarjeta de crédito. Había gastado más de lo que mi ingreso anual me permitía, y ahora estaba sacrificando mi sueño de estudiar moda, para pagar zapatos y ropa. (Diferencias: uno es una inversión en el mejor activo que tenemos, nuestro cerebro, y el otro es un gasto). Y dije ¡BASTA!
Primer año sin compras
Enero 2017, inicio del primer año sin compras que hice. No sabía en qué me estaba metiendo pero para mí era «la única solución”. La verdad, es que no fue solo eso. Llevar mi mente y mi vida a la obligación de desaprender un comportamiento o hábito, me ayudó en miles de maneras. Que jamás habría imaginado.
Creando Comunidad
Creé mi blog con la humilde intención de comunicar a mi familia y amigos lo que estaba haciendo para que sean mi grupo de apoyo y no me dejen comprar. Hoy en día somos una comunidad de más de 3000 personas, con las cuales tengo la oportunidad de compartir a cerca de bienestar financiero. No solo eso, me ha permitido conocer personas increíbles del rubro, y seguir construyendo mi activo más importante: mi cerebro.
Cumpliendo sueños
Dupliqué el potencial de ahorro que tenía proyectado para ese año, calculado vs. mismo nivel de ganancia. (En realidad lo tripliqué, pero no estoy contando el incremental que tuve porque me ascendieron ese año y pude ganar un poco más mensualmente). Y en el 2018 pude irme a estudiar 1 mes a Londres dos cursos de lo que tanto me apasionaba, la moda. Pero ya con el nuevo chip anti-consumista que había construido con el reto, fui a enamorarme de algo nuevo: LA SOSTENIBILIDAD.
Descubriendo en la abstinencia
Pasé por un proceso de “abstinencia” total, y los primeros meses fueron REALMENTE complicados. Sentía que el hábito de hacer compras había desarrollado una dependencia en mí. Soltarlo fue difícil pero me hizo darme cuenta de dos cosas muy importantes: con mi determinación puedo lograr lo que quiera y estoy agradecida por todo lo que tengo y no necesito más.
Tiempo para pensar
Dejar de pensar en las cosas me permitió darle ese espacio de mi mente a otras cosas, como incentivar la lectura, investigar a cerca de mi proceso y si habían otros en el mundo haciendo lo mismo, investigar sobre finanzas personales y de lo importante que es ahorrar.
Por primera vez en mi vida me sentí auto realizada. Si en el 2017 me preguntabas uno de mis defectos te hubiera respondido que dejaba todo a medias. Pero después de terminar ese año puedo decir que soy capaz de terminar lo que empiezo.
Y así, con un hashtag (#UnAñoSinCompras), nació un nuevo círculo virtuoso en mi vida. Un círculo virtuoso que día a día me sigue mostrando que debemos mejorar nuestra relación con el dinero y tomar las riendas del asunto.
Que vale mucho más construir a futuro, que tomar decisiones cortoplacistas que nos dan inyecciones de energía momentáneas.
Quizás en tu caso no es la ropa, pero sí pueden ser los videojuegos, los restaurantes, la utilería de escritorio, etc. Pero si detectas que hay algo que es un stopper para cumplir tus sueños. Te invito a seguir el #reto y a demostrarte de todo lo que eres capaz.
¿Te unes? #UnAñoSinCompras
Escrito por: Ara Retadora