Perú se encuentra en una encrucijada económica a medida que enfrenta el desafío de una posible recesión. Los expertos advierten sobre la vulnerabilidad del país ante esta amenaza, que podría desencadenar una serie de problemas financieros y sociales. En medio de un panorama global incierto, Perú debe abordar este desafío con firmeza para proteger su estabilidad y asegurar un futuro próspero para sus ciudadanos. En este artículo, exploramos los riesgos que se avecinan y las acciones que se están tomando para mitigar sus efectos.
Riesgos globales y su impacto en Perú
El Foro Económico Mundial (WEF), con el apoyo de empresas como Marsh McLennan y Zurich Insurance Group, ha publicado el Informe de Riesgos Globales 2024, que es la decimonovena edición de este estudio anual. En él se recogen las opiniones de aproximadamente 1,500 expertos en riesgos globales, políticos y líderes de la industria para identificar los principales riesgos que enfrenta el mundo a corto plazo, es decir, durante los próximos dos años. Los riesgos mencionados incluyen la propagación de desinformación, fenómenos climáticos extremos, polarización social, inseguridad cibernética y conflictos armados interestatales.
Además, el informe recopila las opiniones de más de 11,000 ejecutivos de diferentes sectores para determinar cuáles son los cinco riesgos más significativos que el mundo puede enfrentar en el futuro cercano.
En cuanto a Perú, el informe subraya los riesgos específicos que el país podría enfrentar en 2024. Entre ellos, destaca una posible recesión económica, eventos climáticos extremos, fragilidad del Estado, erosión de la cohesión social y actividad económica ilícita. Para 2024, los riesgos identificados incluían colapso del Estado, desigualdad digital, inflación sostenida, proliferación de la actividad económica ilícita, así como crisis de empleo y de medios de subsistencia.
El informe enfatiza que el riesgo más preocupante para Perú, según los ejecutivos consultados, es una posible recesión económica, que puede tener un impacto significativo en el desarrollo y estabilidad del país.
Lecciones aprendidas de recesiones pasadas
Las recesiones pasadas en Perú y otros países han proporcionado importantes lecciones que se pueden aplicar a la situación actual. Uno de los aprendizajes clave es la importancia de la inclusión y la participación activa de las comunidades locales en la toma de decisiones, lo que ayuda a proteger sus derechos y garantiza decisiones más sostenibles. Además, se ha observado que las recesiones con fuertes cargas ideológicas tienden a ser más perjudiciales y duraderas, por lo que es fundamental adoptar políticas económicas pragmáticas y basadas en datos.
Estas experiencias subrayan la necesidad de promover la inclusión social, la diversificación económica y la resiliencia institucional para mitigar los efectos de futuras recesiones y fortalecer la economía del país.
Oportunidades de inversión en tiempos de recesión
Durante la recesión económica de 2024, Perú ofrece diversas oportunidades de inversión en sectores que pueden ser más resistentes y brindar rendimientos a largo plazo. Los análisis recientes resaltan que la tecnología y la ciberseguridad son áreas prometedoras, destacando la inteligencia artificial y la demanda de equipos semiconductores avanzados como oportunidades clave. El sector de energía limpia también es una apuesta sólida, especialmente con la reorientación de las cadenas de suministro energético, que abarca oportunidades en acciones y bonos de productores de petróleo y gas, así como en fabricantes de equipos de energía limpia.
La salud y la biotecnología, incluidas las empresas farmacéuticas y de biotecnología, tienen potencial gracias a los avances en medicina personalizada y salud digital. Además, el comercio electrónico y la economía digital siguen creciendo, ofreciendo oportunidades en soluciones tecnológicas y logísticas, así como en plataformas de streaming y juegos.
Estos sectores no solo son más resistentes a la recesión, sino que también pueden proporcionar un crecimiento sostenible en el futuro.
El papel de la educación financiera
La educación financiera desempeña un papel fundamental en la preparación de la población para enfrentar desafíos económicos, especialmente durante períodos de recesión como el que experimenta Perú en 2024. Con más del 50% de los peruanos con cuentas en el sistema financiero, la educación financiera es esencial para mejorar la inclusión financiera y la resiliencia económica. Los avances en la expansión de servicios financieros de bajo costo y la digitalización han facilitado el acceso, pero aún existen brechas significativas, como las diferencias de género y la disparidad entre áreas urbanas y rurales.
Una educación financiera efectiva ayuda a las personas a adquirir habilidades y conocimientos financieros, permitiéndoles tomar decisiones más informadas, interactuar de manera más efectiva con instituciones financieras y comprender los riesgos y la importancia de una gestión adecuada de los recursos. En este contexto, promover la educación financiera se convierte en una estrategia clave para ayudar a los ciudadanos a navegar la recesión actual, fomentando hábitos financieros saludables y contribuyendo al bienestar y desarrollo económico a largo plazo.
Conclusión:
Perú se enfrenta a un momento crucial en su economía al encarar el desafío de una posible recesión. A pesar de los riesgos que se ciernen, el país tiene la oportunidad de aprender de las experiencias pasadas y adoptar medidas proactivas para mitigar el impacto de la recesión. Las lecciones sobre inclusión social, políticas pragmáticas y resiliencia institucional pueden servir como base sólida para enfrentar la crisis. Además, el país cuenta con sectores prometedores, como tecnología, energía limpia y salud, que pueden impulsar un crecimiento sostenible a largo plazo. Al combinar estrategias innovadoras con una visión de futuro, Perú tiene la posibilidad de superar este desafío y emerger con una economía más fuerte y resiliente.