Invertir es una forma de hacer crecer nuestro dinero y alcanzar nuestros objetivos financieros. Sin embargo, para invertir de forma exitosa, no basta con tener un capital y una voluntad. También se necesita tener unos conocimientos, unas habilidades y unas estrategias que nos permitan tomar las mejores decisiones y obtener los mejores resultados. En otras palabras, se necesita aprender a invertir como un profesional.
¿Cómo se puede lograr esto? ¿Qué se necesita para invertir como un profesional? En este artículo, vamos a ver 5 pasos que nos pueden ayudar a aprender a invertir como un profesional y a mejorar nuestro rendimiento financiero.
1. Formarse e informarse
El primer paso para aprender a invertir como un profesional es formarse e informarse. Esto significa que debemos adquirir los conceptos y las herramientas básicas para entender el funcionamiento del mercado, los diferentes tipos de inversiones, los riesgos y las oportunidades que existen, y las técnicas y los métodos que se pueden aplicar. Para ello, podemos recurrir a diversas fuentes de información y formación, como libros, cursos, podcasts, blogs, vídeos, webinars, etc.
Algunos de los temas que debemos aprender son:
• Los principios y las reglas de la inversión, como la diversificación, el interés compuesto, la relación entre riesgo y rentabilidad, la fiscalidad, etc.
• Los diferentes tipos de activos financieros, como las acciones, los bonos, los fondos de inversión, los ETF, las criptomonedas, etc., y sus características, ventajas y desventajas.
• Los diferentes tipos de análisis, como el análisis fundamental, el análisis técnico, el análisis macroeconómico, etc., y sus indicadores, gráficos, modelos, etc.
• Las diferentes estrategias de inversión, como la inversión pasiva, la inversión activa, la inversión a largo plazo, la inversión a corto plazo, la inversión value, la inversión growth, etc., y sus criterios, objetivos, ventajas y desventajas.
2. Definir el perfil y los objetivos
El segundo paso para aprender a invertir como un profesional es definir el perfil y los objetivos. Esto significa que debemos conocer nuestro nivel de tolerancia al riesgo, nuestro horizonte temporal y nuestra situación financiera. Así, podremos elegir las inversiones que mejor se adapten a nuestras necesidades y expectativas, y evitar las que nos puedan causar estrés o frustración.
Algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta son:
• El nivel de tolerancia al riesgo: se refiere a la capacidad y la disposición que tenemos para asumir pérdidas en nuestras inversiones. Depende de factores como nuestra edad, nuestra experiencia, nuestro conocimiento, nuestra personalidad, etc. Podemos ser más conservadores, más moderados o más arriesgados, según el grado de riesgo que estemos dispuestos a aceptar.
• El horizonte temporal: se refiere al plazo que tenemos para invertir y para alcanzar nuestros objetivos. Depende de factores como nuestra edad, nuestra situación laboral, nuestra situación familiar, nuestros planes de futuro, etc. Podemos ser más cortoplacistas, más medioplacistas o más largoplacistas, según el tiempo que queramos o podamos mantener nuestras inversiones.
• La situación financiera: se refiere al estado de nuestras finanzas personales, es decir, a nuestros ingresos, gastos, ahorros, deudas, patrimonio, etc. Depende de factores como nuestro nivel de vida, nuestro nivel de consumo, nuestro nivel de endeudamiento, nuestro nivel de ahorro, etc. Podemos tener una situación financiera más holgada, más ajustada o más comprometida, según el margen que tengamos para invertir.
3. Elegir el vehículo y el producto
El tercer paso para aprender a invertir como un profesional es elegir el vehículo y el producto. Esto significa que debemos decidir a través de qué canal o plataforma vamos a realizar nuestras inversiones, y qué tipo de activo o instrumento financiero vamos a comprar o vender. Para ello, debemos comparar las diferentes opciones que existen en el mercado, y evaluar sus características, ventajas y desventajas.
Algunos de los factores que debemos considerar son:
• El vehículo de inversión: se refiere al intermediario o al proveedor que nos facilita el acceso al mercado y a los productos financieros. Puede ser un banco, una gestora, una plataforma online, un asesor, un roboadvisor, etc. Debemos tener en cuenta aspectos como la seguridad, la regulación, la reputación, la oferta, la comisión, el servicio, la atención, etc.
• El producto de inversión: se refiere al activo o al instrumento financiero que vamos a adquirir o a enajenar. Puede ser una acción, un bono, un fondo de inversión, un ETF, una criptomoneda, etc. Debemos tener en cuenta aspectos como la rentabilidad, el riesgo, la liquidez, la volatilidad, la diversificación, la fiscalidad, etc.
4. Ejecutar y controlar la inversión
El cuarto paso para aprender a invertir como un profesional es ejecutar y controlar la inversión. Esto significa que debemos poner en marcha nuestra estrategia de inversión, y seguir su evolución y su rendimiento. Para ello, debemos usar las herramientas y los recursos que nos permitan operar en el mercado, y monitorizar el comportamiento de nuestras inversiones.
Algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta son:
• La ejecución de la inversión: se refiere a la acción de comprar o vender los productos financieros que hemos elegido. Debemos hacerlo de forma ágil, segura y eficiente, usando los canales o las plataformas que nos ofrezcan el mejor servicio y la mejor comisión. Debemos tener en cuenta aspectos como el precio, el volumen, el momento, la orden, la confirmación, etc.
• El control de la inversión: se refiere al seguimiento y la evaluación de la evolución y el resultado de nuestras inversiones. Debemos hacerlo de forma periódica, sistemática y objetiva, usando los indicadores y los criterios que nos permitan medir nuestro progreso y nuestro éxito. Debemos tener en cuenta aspectos como el valor, el beneficio, la rentabilidad, el riesgo, la liquidez, la volatilidad, etc.
5. Revisar y ajustar la inversión
El quinto y último paso para aprender a invertir como un profesional es revisar y ajustar la inversión. Esto significa que debemos analizar el desempeño y el resultado de nuestras inversiones, y hacer los cambios o las correcciones que sean necesarios. Para ello, debemos comparar la situación actual con la situación inicial, y evaluar si se han cumplido nuestros objetivos y expectativas.
Algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta son:
• La revisión de la inversión: se refiere a la comprobación y la valoración de la situación y el rendimiento de nuestras inversiones. Debemos hacerlo al menos una vez al año, o cuando se produzca algún cambio significativo en el mercado, en el producto o en nuestro perfil. Debemos tener en cuenta aspectos como la rentabilidad, el riesgo, la liquidez, la volatilidad, la diversificación, la fiscalidad, etc.
• El ajuste de la inversión: se refiere a la modificación o la adaptación de nuestra estrategia o de nuestro producto de inversión. Debemos hacerlo cuando detectemos alguna desviación, anomalía o inconveniente en nuestras inversiones, o cuando queramos mejorar nuestro rendimiento o nuestro riesgo. Debemos tener en cuenta aspectos como el objetivo, el plazo, el perfil, el vehículo, el producto, etc.
Conclusión
Aprender a invertir como un profesional es posible si seguimos los 5 pasos que hemos visto en este artículo: formarse e informarse, definir el perfil y los objetivos, elegir el vehículo y el producto, ejecutar y controlar la inversión, y revisar y ajustar la inversión. Estos pasos nos permitirán invertir de forma exitosa y mejorar nuestro rendimiento financiero. Sin embargo, debemos tener en cuenta que aprender a invertir como un profesional no es algo que se logre de la noche a la mañana, sino que requiere de tiempo, esfuerzo, disciplina y constancia. Por eso, debemos ser pacientes, perseverantes y positivos, y no rendirnos ante las dificultades o los obstáculos que podamos encontrar en el camino.